Con la eutanasia no se pueden hacer compromisos

Respuesta de los obispos franceses
ante la posibilidad de legalizar la
muerte dulce

No puede legalizarse la eutanasia de ningún modo. Ésta es la respuesta contundente de los obispos franceses, expresada por boca del Presidente de la Conferencia Episcopal, el arzobispo Louis-Marie Billé, a las conclusiones del informe con que el Comité Consultivo para la Ética, la institución más relevante de Francia en cuestiones éticas, pretende admitir la eutanasia en casos excepcionales.

I. A. y J. C. Alfa y Omega n. 404, 16.III.2000




Por primera vez en Francia

La eutanasia es un crimen; pero, en casos especiales y seleccionados, cuando las esperanzas de curación son absolutamente inexistentes y cuando existe un sufrimiento intolerable a pesar de los cuidados médicos, debería permitirse al paciente que lo solicitara explícitamente el poder poner fin a su vida legalmente. Ésta es la conclusión expresada en un informe hecho público recientemente por el Comité Ético, de Francia; y es también la primera vez que una institución francesa se pronuncia de forma oficial sobre la posibilidad de legalizar la eutanasia, aunque aún como un caso extraordinario.

La excepción terminaría con el valor pedagógico de la ley y conduciría rápidamente a la generalización

La respuesta de los obispos se producía al poco tiempo, a través de un comunicado en el que se rechazan categóricamente soluciones de compromiso que admitan la eutanasia como una "excepción". ¿Cómo es posible no darse cuenta de que el compromiso propuesto, contrariamente a cuanto se afirma, modificaría profundamente nuestro sistema judicial y representaría de hecho un aval social a la eutanasia?, se preguntan los obispos franceses en el documento. El derecho —añaden— no puede prestarse a cualquier tipo de ajustes, si no quiere derrumbarse. Aceptar una excepción jurídicamente reconocida conduciría rápidamente a la generalización y a la mutación en bien de un mal social, precisamente por el carácter pedagógico de las leyes. Ni siquiera se puede recurrir a la compasión ni a la solidaridad humana para justificar una hipótesis de este tipo, explica el documento de la Conferencia Episcopal, pues es necesario entenderse en los términos: la verdadera compasión no tiene miedo de estar cerca de la prueba que experimenta el otro, sino que se esfuerza por aliviar esta prueba con medios apropiados y reconoce hasta el último momento la dignidad de la persona humana.

No sólo los católicos

La reacción no sólo ha venido de parte de los católicos. El gran rabino de Francia, Joseph Sitruk, se expresó en estos términos ante la Academia de las Ciencias de Francia en mayo del año pasado: La eutanasia activa supone abrir la puerta a todo lo que nosotros rechazamos. La vida es tan importante que no puede ser abandonada en el último momento. La Comisión de Ética de la Federación Protestante de Francia se pronunció contra la eutanasia en 1991. Para el doctor Dalil Bobakeur, médico y rector de la mezquita de París, la eutanasia contradice los principios del Islam.

La medicina paliativa considera ineludible la muerte, pero los partidarios de la eutanasia han perdido el sentido médico del morir

También ha habido pronunciamientos por parte de especialistas de la medicina. El doctor Danièle Lecomte, responsable del servicio de cuidados paliativos del hospital Broussois, concedía el pasado 6 de marzo una entrevista al diario La Croix, en la que afirmaba: El problema del sufrimiento es que no es sólo físico, sino que tiene dimensiones psíquicas, emocionales, existenciales. Algunos sufrimientos psíquicos se pueden calmar con medicamentos, pero es fundamental la relación con el enfermo. La medicina paliativa acepta la ineluctabilidad de la muerte, pero los partidarios de la eutanasia no aceptan la muerte como un hecho natural de la existencia, al contrario; han perdido el carácter médico de la situación.

No se puede transigir con que la eutanasia sea un "mal menor"

El representante de la Iglesia en el Comité Consultivo para la Ética, el padre Jean-Louis Bruguès, que es además profesor de Teología Moral en la Universidad de Friburgo, y que ha rechazado el informe en entredicho, afirma que, con todo, el informe es bastante extenso, y no trata exclusivamente de la eutanasia, sino de los cuidados paliativos, de forma además bastante positiva. El problema es esa aceptación en casos extremos. No podemos aceptar que la eutanasia sea "un mal menor".

 

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