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Roma. Pedro Corral Ala y Omega, 24 de marzo de 2001 |
Confirmando la tradición |
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El nuevo decreto del Papa viene a reforzar con un "blindaje" canónico la postura doctrinal sobre una categoría de verdades no reveladas sobre "la fe y las costumbres", que son "propuestas por la Iglesia de modo definitivo" y que requieren igualmente el "firme y definitivo" asentimiento de los fieles. |
Profesión de fe necesaria |
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A la defensa de esta categoría de verdades en su mayoría pertenecientes al ámbito de la moral, respondía la ley del 89 con la que el Santo Padre instituyó la profesión de fe de los obispos y el juramento de fidelidad de teólogos y profesores en las universidades e institutos religiosos, considerada por sus críticos como una limitación a la libertad de pensamiento y de enseñanza. |
Nueva ampliación |
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Ahora, con este nuevo "motu propio", publicado por el Vaticano junto con una nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el compromiso de obispos, teólogos y enseñantes en la defensa de estos principios doctrinales viene incluido en los artículos 750 y 1371 del Código de Derecho Canónico, en donde se amplían a cardenales, párrocos, rectores, enseñantes de Filosofía y Teología y a superiores religiosos. |
Apartados de la iglesia sin necesidad de declaración |
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El "motu propio", contenido en la carta apostólica "Ad tuendam fidem" ("En defensa de la fe"), obedece a la "apremiante necesidad de prevenir y refutar opiniones de teólogos rebeldes contra la segunda de las tres categorías de verdad establecidas por la Iglesia", dice la nota de Doctrina de la Fe. Según el dicasterio que preside el cardenal Joseph Ratzinger, la no aceptación de estas normas que afectan a la fe y la costumbre, pero que no han sido reveladas, significa "no encontrarse en plena comunión con la Iglesia católica", lo que conlleva las sanciones correspondientes previstas en el Código de Derecho Canónico, incluida la excomunión automática ("latae sententiae"). |
Por mantener la ilicitud del aborto, la eutanasia, la prostitución o la fornicación |
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La citada nota incluye, entre las verdades sujetas a esta nueva definición canónica, la ilicitud del aborto y la eutanasia, así como de la prostitución y la fornicación. Merece ser destacada una alusión acerca del sacerdocio masculino, en la que se expresa la voluntad del Papa de no querer llegar a la declaración del dogma sobre esta materia. "El Sumo Pontífice --dice Ratzinger--, si bien no deseó llegar a una definición dogmática, ha decidido reafirmar en cualquier caso que tal doctrina debe considerarse en modo definitivo". |
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