Crítica falsa contra la
Iglesia
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Al contrario de lo
que los propagandistas en pro de la eutanasia alegan, la
Iglesia Católica nunca ha enseñado que debamos
prolongarle la vida a todo enfermo terminal hasta el
último momento utilizando para ello todo medio
posible. "La Iglesia enseña que Dios es Quien
determina el momento de la muerte de toda persona, y que por
lo tanto es tan ilícito el intentar extender dicho
momento como abreviarlo"1
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La distanasia: prolongación
artificiosa de la vida por medios
desproporcionados, es contraria a la
ética
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Pero, ¿qué es lo que constituye una
prolongación ilícita de la vida y qué
es lo que constituye una abreviación ilícita
de la misma? En otras palabras, ¿cómo podemos
distinguir entre, por un lado, la eutanasia y la distanacia
(el otro extremo de la eutanasia, la prolongación
ilícita de la vida), y por el otro, el dejar morir en
paz y dignidad? La respuesta está en la
distinción entre "medios proporcionados" y "medios
desproporcionados", y en el siguiente principio moral: no
estamos obligados a utilizar "medios desproporcionados"
(siempre y cuando respetemos los legítimos deseos del
enfermo), pero sí estamos obligados a utilizar
siempre "medios proporcionados". El no utilizar o el retirar
"medios desproporcionados" (teniendo en cuenta los
legítimos deseos del enfermo) no es eutanasia y el
utilizar dichos medios sin respetar los legítimos
deseos del enfermo es distanacia (también conocido
como "encarnizamiento terapéutico"). Por otro lado,
el no utilizar o el retirar "medios proporcionados" es
eutanasia.
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La proporcionalidad de un medio
depende de los beneficios que reporta en
función de las cargas que supone
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Pero, ¿qué son "medios desproporcionados" y
¿qué son "medios proporcionados"? Antes, se
distinguía entre "medios extraordinarios" y "medios
ordinarios" Pero estos términos pueden ser
imprecisos. Por eso la Declaración sobre la eutanasia
de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe
prefiere usar los términos "proporcionados" y
"desproporcionados" para mejor clarificar la
distinción entre lo constituye eutanasia y lo que no
lo es. La Declaración clarifica el sentido de estos
términos pidiendo que se comparen las cargas, tanto
económicas como humanas, y los beneficios que se
derivan del uso de un determinado medio de la medicina: "En
cada caso, se podrán valorar bien los medios poniendo
en comparación el tipo de terapia, el grado de
dificultad y de riesgo que comporta, los gastos necesarios y
las posibilidades de aplicación con el resultado que
se puede esperar de todo ello, teniendo en cuenta las
condiciones del enfermo y sus fuerzas físicas y
morales".
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A continuación la Declaración ofrece las
siguientes clarificaciones para facilitar la
aplicación de estos principios generales:
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Con consentimiento del
paciente...
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· "1. A falta de otros remedios, es lícito
recurrir, con el consentimiento del efermo, a los medios
puestos a disposición por la medicina más
avanzada, aunque estén todavía en fase
experimental y no estén libres de todo riesgo.
Aceptándolos, el enfermo podrá dar así
ejemplo de generosidad para el bien de la humanidad.
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La razonable interrupción
del tratamiento
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· 2. Es también lícito interrumpir la
aplicación de tales medios, cuando los resultados
defrauden las esperanzas puestas en ellos. Pero, al tomar
una tal decisión, deberá tenerse en cuenta el
justo deseo del enfermo y de sus familiares, así como
el parecer de médicos verdaderamente competentes;
éstos podrán sin duda juzgar mejor que otra
persona si el empleo de instrumentos y personal es
desproporcionado a los resultados previsibles, y si las
técnicas empleadas imponen al paciente sufrimientos y
molestias mayores que los beneficios que se pueden obtener
de los mismos.
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Es ético conformarse con los
medios normales
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· 3. Es siempre lícito contentarse con los
medios normales que la medicina puede ofrecer. No se puede,
por lo tanto, imponer a nadie la obligación de
recurrir a un tipo de cura que aunque ya esté en uso,
todavía no está libre de peligro [es decir,
constituye el riesgo de causar una carga desproporcionada] o
es demasiado costosa. Su rechazo no equivale al suicidio:
significa más bien o simple aceptación de la
condición humana, o deseo de evitar la puesta en
práctica de un dispositivo médico
desproporcionado a los resultados que se podrían
esperar, o bien una voluntad de no imponer gastos
excesivamente pesados a la familia o la colectividad.
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... no prolongar una existencia
penosa
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· 4. Ante la inminencia de una muerte inevitable, a
pesar de los medios empleados, es lícito en
conciencia tomar la decisión de renunciar a unos
tratamientos que procurarían únicamente una
prolongación precaria y penosa de la existencia, sin
interrumpir sin embargo las curas normales debidas al
enfermo en casos similares. Por esto, el médico no
tiene motivo de angustia, como si no hubiera prestado
asistencia a una persona en peligro."
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Desproporcionados son los medios y
cuya carga es superior a los beneficios
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Podemos resumir el significado de "medios desproporcionados"
diciendo que dichos medios son aquellos que o son
inútiles para conservar la vida del paciente o para
curarlo y que constituyen una carga demasiado grave, en
términos de dolor y sufrimiento, para el enfermo y
cuya carga es mayor que los beneficios que reportan. Por el
contrario, "medios proporcionados" son aquellos que
sí son útiles para conservar la vida del
paciente o para curarlo y que no constituyen, para el
enfermo, una carga grave desproporcionada a los beneficios
que se pueden obtener.
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Sólo es eutanasia retirar
los medios proporcionados
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Reiteramos que el negar el uso de "medios desproporcionados"
o el retirarlos, respetando los legítimos deseos del
paciente, no constituye un acto de eutanasia, sino de dejar
morir en auténtica paz y dignidad. Por el contrario,
el negar el uso de "medios proporcionados" o el retirarlos
sí constituye un acto criminal de eutanasia.
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Un medio es o no proporcionado
según las circunstancias de cada
paciente
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La pregunta que surge ahora es: en concreto,
¿qué son "medios desproporcionados" y qué
son "medios proporcionados"? Es importante aclarar enseguida
que la definición general que hemos dado de estos
términos es una definición moral y no
simplemente una definición médica. En otras
palabras, estos términos, aunque incluyen el dato
médico, no se reducen a él, sino que toman en
consideración también, como lo dice la
Declaración, "las condiciones del enfermo y sus
fuerzas físicas y morales". Esto implica que no es
posible, al menos no siempre, dar una lista de "medios
desproporcionados" y de "medios proporcionados" antes de
tomar en cuenta el efecto de dichos medios en este paciente
concreto aquí y ahora. Para un paciente determinado
un tratamiento determinado podría ser
"desproporcionado"; mientras que para otro, el mismo
tratamiento podría ser "proporcionado". Se debe
proceder caso por caso en la aplicación de estos
principios.
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Utilizar términos ambiguos
contribuye a la confusión
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Quisiéramos aprovechar esta instancia para aclarar la
confusión que existe en torno al ambiguo
término de "medios artificiales". Debemos evitar el
uso del término "medios artificiales" en lugar del
correcto término de "medios desproporcionados", ya
que los "medios artificiales" en relación con la
medicina son prácticamente todos los medios que la
medicina utiliza: los medicamentos y todos los aparatos --
aún los más sencillos y usados, como por
ejemplo los lentes, las muletas, etc.. Por lo tanto, el usar
este ambiguo término es muy peligroso, sobre todo en
el contexto de pacientes terminales. Puede incluso llevar a
la eutanasia.
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La honradez pone en evidencia la
oportunidad de los medios
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Esta distinción entre "medios desproporcionados" y
"medios proporcionados" y los principios que guían la
aplicación de su uso podrían crear la actitud
negativa de que en algunos casos será difícil
dicha aplicación y que para qué entonces
existen estos principios. A esos tales respondemos que el
hecho de que en algunos casos sea difícil aplicar
estos principios, ese hecho no los invalida ni nos exime del
esfuerzo por encontrar la verdad de lo que debemos hacer.
Ese esfuerzo es parte de nuestra actitud de solidaridad y
compasión para con el enfermo, evitando así
las fáciles pero falsas "soluciones" de la eutanasia
y la distanacia. La vía del medio aquí es la
más estrecha, pero es la de la paciencia y el amor.
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Por otro lado, la complejidad de las situaciones no
significa que los principios morales sean los complicados.
Son los factores de la situación que rodea al enfermo
y a los medios de la medicina los que complican a veces la
evaluación moral de lo que se debe hacer. Los
principios nos ayudan a desentrañar la
situación, no a complicarla. El tener esos razonables
y válidos principios a mano es precisamente lo que
nos ayuda a resolver el problema moral en cuestión.
¡Qué sería de nosotros si no los
tuviéramos! Si no fuera por estos principios
caeríamos en la trampa de la eutanasia, que es lo que
quiere el movimiento en pro de ese crimen.
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Fuentes: 1. Brian Clowes, Ph.D., The Facts of
Life (Front Royal, Virginia, EE.UU.: Human Life
International, 1997), 118. Este magnífico libro es
una fuente completa de información en inglés
sobre todos los temas que tienen que ver con la defensa de
la vida y la familia. Adquiéralo de las oficinas de
Vida Humana Internacional. (Véase cómo refutar
los argumentos a favor de la eutanasia y del suicidio
asistido.) volver
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Vida Humana Internacional tiene disponible
información adicional sobre éste y otros temas
en su sitio de Internet bajo la sección "Vida y
Familia". También tiene disponibles folletos, libros,
y videos; solicite nuestro catálogo
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