Diversos estudios muestran que el suicidio asistido constituye
un reto profesional
|
El Dolor, una Puerta Falsa a la Eutanasia
Diario Medico 13-I-96,
p. 9
De Seduced by Death: Doctors, Patients and
the Dutch Cure, un estudio sobre eutanasia y suicidio en Holanda, por
el doctor Herbert Hendin, que acaba de publicar Norton.
Con ocasión del proceso en el Tribunal Supremo
de Estados Unidos sobre la eutanasia, Ezekiel J. Emanuel, oncólogo
en el Dana-Faber Cancer Institute y autor de The Ends of Human Life,
demuestra en un artículo publicado en The Wall Street Journal
que el sufrimiento fisico no es la causa de las peticiones de eutanasia.
La imagen que se fija en el cerebro cuando se
menciona la palabra "eutanasia" es la de un enfermo agonizando entre
insoportables dolores. Es la imagen creada y afianzada por los reportajes
televesivos y los articulos de las revistas. Es por ese paciente -y
por el temor a que un día usted o yo podamos encontrarnos en
el mismo caso- por lo que el Tribunal Supremo norteamericano ha iniciado
una vista oral en la que se plantea la legalizacíon de la eutanasia
o el suicidio médicamente asistido.
Sorprendentemente, esta asociación refleja
entre dolor y eutanasia -tan inconmoviblemente asentada en la mentalidad
colectiva- es una ficción. Mas bien, los estudios cientificos
revelan que la mayoria de los pacientes que demandan la eutanasia están
motiviados por factores psicológicos -a menudo, por una depresión-
y no por un insoportable sufrimiento fisico.
Sí, algunos moribundos sufren enormes
dolores, pero acumular anécdotas sobre pacientes, como suelen
hacer los defensores de la eutanasia, es dar una perspectíva
sesgada. Ni un solo estudio riguroso ha demostrado que sean los pacientes
con grandes dolores quienes, como norma, solicitan la eutanasia. Al
contrario, tales estudios avalan la tesis de que el dolor físico
desempeña un papel menor en la motivación de los pacientes
que demandan el suicidio asistido.
|
El dolor no es la
clave
|
Mi propio estudio sobre pacientes oncológicos, publicado en The
Lancet, descubrió que quienes experimentan dolor no son mas propensos
a pedir la eutanasia que quienes no lo sufren. Más bien, los
pacientes con dolor -incluso con dolores continuos, sin pausa- consideraban
en mayor proporción antiética la eutanasia. Los pacientes
que experimentaban sufrimientos físicos eran mas propensos a
desconfiar del medico si este mencionaba la eutanasia o el suicidio
asistido en una discusión sobre la atención médica
de enfermos terminales. Y también eran mas propensos a cambiar
de médico si éste afirmaba estar dispuesto a proporcionar
una "muerte digna".
De modo similar, un estudio sobre pacientes con
sida llevado a cabo por investigadores del Memorial Sloan-Kettering
Hospital de Nueva York descubrió que, si bien muchos de los enfermos
estaban interesados en el suicidio médicamente asistido, no así
quienes experimentaban dolores incapacitantes.
Todos los estudios holandeses y noreteamericanos
de médicos que han aplicado la eutanasia confirman estos hallazgos.
El estudio más completo de la experiencia holandesa con la eutanasia
-el informe Remmelink de 1991- descubrió que el dolor era un
factor para solicitar la eutanasia en menos de la mitad de los casos.
Lo que es más importante, el dolor era el único factor
en sólo un cinco por ciento de los casos.
|
Datos corroborados
|
Otro estudio de médicos que asisten a ancianos en asilos holandeses
halló que el dolor influía sólo en el 29 por ciento
de las peticiones de eutanasia y era el motivo principal en sólo
el once por ciento. Y un estudio en el estado de Washington realizado
por médicos que practicaban la eutanasia reveló que en
sólo el 35 por ciento e los casos el dolor aparecía citado
como causa en la solicitud.
Estos cinco estudios muestran que son factores
psicológicos los que suelen alimentar el interés de los
pacientes por la eutanasia. La depresión, el desamparo, la ansiedad
y estados similares explican por qué los pacientes piden ayuda
para morir. Los pacientes deprimidos son mas propensos a discutir la
posibilidad de recurrir a la eutanasia y de leer el manual del suicida
de la Sociedad de la Cicuta, Final Exit. El estudio del Memorial Sloan-Kettering
confirma que los pacientes con sida que puntuaban más alto en
las tablas de medición de la depresión clínica
tenían más probabilidades de desear el suicidio asistado.
|
Reto médico
y social
|
La depresión, el desamparo, la ansiedad y el sentimiento de pérdida
de control son graves problemas ente los moribundos. Exigen la atención
de todos cuantos cuidan a los enfermos terminales. De hecho, según
un reciente estudio, la depreción y el malestar psicológico
afectan al 70 por ciento de los agonizantes. ¿De verdad creemos
que la eutanasia es la solución para pacientes depremidos o agobiados
por el temor a ser una carga para sus familias?
El actual debate sobre la eutanasia ignora de
forma casi absoluta los hechos y los datos disponibles. La principal
consideración para plantearse la eutanasia es ofrecer alivio
a pacientes que sufren dolores intolerables. Pero no son estos pacientes
quienes piden la eutanasia. De hecho, de los 2,3 millones de norteamericanos
que mueren cada año, menos de 25.000 podrían desear la
eutanasia por razones asociadas al dolor. Para los otros millones, legalizar
la eutanasia o el suicidio médicamente asistido no les proporcionaria
ventaja alguna. Al contrario, sería un medio de evitar los complejos
y arduos esfuerzos que se les exige a médicos y otros profesionales
sanitarios para garantizar a los moribundos una atención humana
y digna.
|
El ¿Modelo?
Holandes
|
La experiencia del pueblo holandés deja claro que la legalización
del suicidio asistido y la eutanasia no es la respuesta a los problemas
de los enfermos terminales. Holanda ha pasado del suicidio asistido
a la eutanasia, de la eutanasia de los enfermos terminales a la de los
enfermos crónicos, de la eutanasia de los pacientes con enfermedades
fisicas a la de quienes padecen un malestar psicológico, de la
eutanasia voluntaria a la involuntaria (denominada "terminación
del paciente sin petición explicita"). La investigación
encargada por el propio Gobierno holandés ha aportado pruebas
de que en más de mil casos anuales, hay médicos que causan
o aceleran activamente la muerte sin consentimiento expreso del paciente.
Virtualmente todos las directrices establecidas
por el Gobierno holandés para regular la eutanasia han sido modificadas
o vulneradas con total impunidad Se colabora al suicidio de un asistente
social perfectamente sano pero abatido por la muerte de su hijo dos
meses atrás. Tambien se ayuda a morir a un seropositivo en los
cuarenta pero sin síntomas, sin hacer el minimo esfuerzo para
ayudarle a encarar el terror que se esconde tras el deseo de poner fin
a su vida...
En la cuidad de Assen, en la primavera de 1993,
un tribunal de tres magistrados absolvió a un psiquiatra que
habia colaborado en el suicidio de su paciente, una mujer de 50 años
perfectamente sana que había perdido a sus dos hijos y acababa
de divorciarse. El tribunal dictaminó que el psiciatra, doctor
Boudewijn Chabot, actuó legitimamente porque su paciente era
competente para tomar libremente la decisón de morir, que su
sufrimiento era irremediable y que el facultativo había cumplido
el requisito legal de fuerza mayor, que le obligó a dar precedencia
al bienestar de su paciente sobre la letra de la ley, que formalmente
prohíbe el suicidio asistido y la eutanasia. El caso de Assen
se une a la docena de juicios holandeses conocidos en todo el mundo
sobre suicidio asistido y eutanasia. La decisión de Assen sentó
jurisprudencia en los casos de suicidio asistido y eutanasia de pacientes
no fisicamente enfermos.
|