JULIO A. PARRADO. EL MUNDO Jueves, 22 de octubre de 1998

La técnica al servicio de la calidad de vida

Un chip implantado en el cerebro ha logrado romper su silencio. El, que responde a las iniciales JR, está paralizado por una tetraplejia. Aún así, la ciencia ha permitido que sus pensamientos abandonen su cerebro, viajen hasta un ordenador y sean obedecidos.

JR es capaz de dar los «buenos días» y agradecer la ayuda de sus enfermeras gracias un sofisticado microprocesador que convierte sus impulsos cerebrales en órdenes. El sistema ha sido desarrollado por dos neurocirujanos de la Universidad de Emory, en Atlanta (EEUU). Roy Bakay y Phillip Kennedy, que así se llaman los doctores, implantaron hace seis meses el chip, del tamaño de la punta de un bolígrafo, en la parte posterior del cerebro, una zona en la que el ser humano activa el movimiento muscular. Este microprocesador, hecho de cristal, amplifica las señales de los electrodos del cerebro y las transmite a través de una antena a un ordenador portátil.

Este trabaja con un sencillo programa de comunicación de lenguaje: acaso unas frases elementales, órdenes escuetas pero imprescindibles para la supervivencia de cualquier ser humano.

El paciente sólo tiene que elegir lo que quiere decir de entre las opciones contenidas en la memoria del ordenador. Para ello, JR arrastra el puntero del ratón del portátil con sus pensamientos.

Es en este punto donde la tecnología se convierte en ciencia-ficción. Para que su mensaje sea recibido por la computadora personal, previamente el paciente tiene que concentrarse y emular la orden que daría a su mano para alcanzar, por ezjemplo, un vaso.

Esta es la primera vez que una persona logra comunicar sus pensamientos a través de un sistema parecido. Los investigadores en neourocirugía tan solo habían logrado, anteriormente, conectar las señales del cerebro a un ordenador. «Es tan sencillo como mover un ratón», explicaba el doctor Bakay, quien espera que el nuevo sistema suplante en un futuro las técnicas presentes de comunicación para este tipo de pacientes.

Es imprescindible la cooperación del paciente y el estímulo de los médicos

La emoción

Actualmente, las personas que tienen los órganos vocales afectados por la parálisis utilizan sus pestañas como instrumentos de comunicación. Existe un código alfabético para transmitir los mensajes con ellas. «Creo que se divierte con este sistema», comentó Bakay respecto a su paciente. JR, de 53 años, lleva años inmovilizado junto a un ventilador a consecuencia de un infarto. «Todo el mundo estaba encantado cuando comenzó a mover el cursor... sin embargo, fue emocionante el momento en que fue capaz de mover el cursor hasta los iconos de las frases», manifestó el investigador. «Tuvimos mucha suerte de que [JR] fuese un individuo muy inteligente».

El futuro de estas iniciativas, con medios y trabajo, es realmente esperanzador

Los responsables del invento aspiran a lograr una mayor sofistificación a medio plazo, para permitir mensajes orales más complicados y la escritura fluida a través del ordenador. El sistema también permitirá a los receptores del implante trasladar órdenes a otros artilugios electrónicos del hogar, como interruptores eléctricos, televisores o radios. Para ello, ambos investigadores han recibido una ayuda adicional de 100.000 millones de dólares del Instituto Nacional de la Salud.

«Por el momento, nos conformarnos con aprender lo más posible de nuestro paciente», señaló Bakay. El investigador avanzó, no obstante, que en unos meses probarán el sistema con otro paciente.

Al igual que JR, se tratará de una persona afectada por una inmovilidad total y en excelentes condiciones psíquicas. Los doctores Kennedy y Bakey trabajan juntos en varios proyectos sobre neurotransmisores.