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Con
la Vida en los Talones: historias de superación
y esperanza
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Jesús
Poveda y Silvia Laforet
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Un
equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino
Unido, dirigidos por el neurocientífico Adrian Owen, ha desarrollado
un sistema que permite la comunicación con pacientes con graves
lesiones cerebrales, condenados a lo que se denomina un estado vegetativo
persistente (EPV).
Gracias
al sistema creado por Owen y sus colaboradores, según explica
el portal Tendencias21, estas personas podrán comunicarse con
el mundo que les rodea e, incluso, afirman los científicos,
podrían llegar a movilizarse en sillas de ruedas motorizadas
y dirigidas por sus propias mentes.
Este hallazgo pone
en serias dudas los argumentos de los que defienden la eutanasia como
una alternativa digna a este tipo de pacientes por entender
que la persona no mantiene actividad vital propiamente humana. Es
evidente, que los sucesivos logros como este que la ciencia va demostrando
ponen en brete las afirmaciones de los que defienden la eliminación
de estas personas.
Según publica
la revista Physorg, los investigadores utilizaron monitores de electroencefalografía
(EEG) (técnica de exploración de la actividad bioeléctrica
del cerebro en condiciones basales de reposo) que conectaron a 128
electrodos situados en un gorro, a su vez colocado en la cabeza de
pacientes con daño cerebral severo.
Este sistema les permitió
comprender las respuestas que los pacientes les dieron a una serie
de preguntas realizadas.
Se podría
decodificar mensajes del cerebro
El
director del proyecto cree que conectando un sistema similar a un
ordenador se podría llegar aún más lejos y decodificar
mensajes del cerebro de personas en estado vegetativo. De esta forma,
éstas podrían comunicarse con el mundo exterior a través
de un sintetizador de voz e, incluso, controlar una silla de ruedas
motorizada, incluso sin estar conscientes.
El dispositivo, que
podría estar disponible para su comercialización y aplicación
en una década, tiene su origen en un experimento anterior realizado
por Owen y sus colaboradores, y del que ya informó hace unos
meses la Universidad de Cambridge en un comunicado.
En dicho experimento,
los investigadores consiguieron comunicarse con un paciente de 29
años que llevaba un lustro en estado vegetativo, como consecuencia
de las lesiones cerebrales que sufrió en un accidente de coche,
según Tendencias21.
Owen y sus colaboradores
utilizaron entonces una técnica de escaneo cerebral denominada
exploración por resonancia magnética funcional (fMRI)
que les permitió registrar la actividad cerebral del joven
mientras éste contestaba sí o no
a preguntas como ¿tú padre se llama Thomas?
Anteriormente, la
fMRI había sido empleada en un estudio de tres años
de duración para averiguar si existían o no signos de
conciencia en 23 pacientes en estado vegetativo.
En cuatro de los casos
estudiados (el 17% de ellos) se descubrió que dichos pacientes
sí mantenían ciertos niveles de conciencia a pesar de
no poder moverse ni hablar.
En el caso del joven
de 29 años, los resultados fueron aún más sorprendentes,
dado que los científicos consiguieron, además de constatar
su consciencia, comunicarse con él. Para ello, el paciente
tan sólo tuvo que modular sus pensamientos.
Dado que las señales
cerebrales asociadas al sí o al no
son complejas y muy similares, los científicos pidieron al
joven que imaginara que jugaba al tenis cuando quería decir
sí y que paseaba por algún lugar cuando
quería decir no.
Pensar en los movimientos
del tenis pone en marcha regiones del cerebro relacionadas con las
actividades espaciales, mientras que pensar que se está dando
un paseo por cualquier sitio activa regiones cerebrales vinculadas
con la orientación.
Gracias a este cambio
en sus pensamientos, y a su reflejo diverso en la actividad neuronal
consecuente, los científicos pudieron interpretar las respuestas
del paciente a las preguntas que se le realizaron.
Las ventajas
de la EEG
La
tecnología EEG presenta algunas ventajas con respecto a la
exploración por resonancia magnética funcional. Por
un lado, es más barata, pequeña y portátil que
la fMRI, que utiliza campos magnéticos y ondas de radio para
detectar las pulsaciones eléctricas del cerebro.
Por otro lado, la
EEG genera resultados más rápidamente que la fMRI, lo
que hace posible mantener una conversación con un paciente
en este estado, explican los investigadores.
Para Owen los resultados
obtenidos son algo extraordinario. La comunicación con pacientes
en estado vegetativo es para el neurocientífico una obligación
ética y moral, ya que un simple sí o no
en estos casos podría servir, por ejemplo, para tratar de manera
ajustada el dolor que puedan estar sufriendo los pacientes.
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