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Javier
de Oña: "Sólo muevo los brazos, y nunca pienso en
lo que no puedo hacer"
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Nunca mejor dicho, pasas de caminar, saltar, correr, levantarte, sentarte, coger cosas con tus manos que no valoras por su sencillez, a quedarte completamente inmóvil en la cama, sin poder realizar movimientos muy básicos, como levantar un brazo, un dedo. Es increíble, el shock traumático es muy duro.
Incierta, confusa, muy negra; pensaba: «¡Y qué voy a hacer ahora!». Ves a tu familia pendiente a tu alrededor, sufriendo mucho, necesitando que les animes, que les digas que no pasa nada, que tienes que superarte y decir: «Empezamos otra partida...».
La verdad es que no tengo constancia ni sé qué ocurrió en el accidente. Recuerdo todo negro, despertarme en la UCI, intentar mover mi cuerpo y decir: «¡Ups!» Durante los meses immovilizado, viendo que no recuperaba movilidad, me dije: «¡Cuántas cosas debería haber hecho y cuántas de las que hice debería haber disfrutado más!».
Se piensa en muchas cosas, creo que alguna vez debí pensar en ella, pero no lo tengo como recuerdo; pensé muchas veces más en lo que me unía a mi vida, y en cómo afrontar la nueva situación.
No tenía otra salida, con 24 años no te puedes hundir, no te puedes permitir decir ¡se acabó!, tienes una vida que te espera llena de retos. Ha sido el momento clave de mi recuperación, volver a vivir solo, aprender, asumir que necesitaría a alguien para realizar lo que no volvería a poder solo.
Eso ha sido lo más fácil del mundo; encuentras a alguien que la ves, que te ve, que te mira, que la miras, que la amas, que te ama, y todo surge con una naturalidad que te lleva a preguntar: «¿Es verdad o un sueño del que me voy a despertar»? Los niños son un regalo. La abuela de mi mujer, que murió con 95 años, decía que «los niños son los quitapenas», y nunca estuve tan de acuerdo como ahora.
Tengo una tetraplejia a nivel C5-C6 motora y nivel C4-C5 sensitiva: No tengo movilidad en los pies, piernas, caderas, tronco, manos, pero los bazos los puedo mover; no plenamente, ya que no tengo tríceps en un brazo, aunque me permite realizar transferencias para trasladarme de mi silla de ruedas al coche, cama... con la ayuda de otra persona.
DKV Integralia tiene un objetivo claro: la Inserción Laboral y Social de personas con discapacidad, a través de nuestros centros de atención telefónica y clientes, entre los que contamos hospitales públicos y privados de referencia: La Paz, Valle Hebrón, Denia; empresas privadas, como DKV Seguros, Unilever...; y ONG, como Intermon Oxfam.
DKV Integralia ofrece a las personas con discapacidad la posibilidad de incorporarse al mercado laboral, y dotamos de formación y experiencia profesional. Invertimos el tiempo necesario para un resultado óptimo; tenemos un programa de acogida que personalizamos según las capacidades.
Cualquier persona con discapacidad podría explicar su historia, llena de sacrifico, motivación y superación. Un axioma me ayuda a seguir cada día con la misma ilusión y ganas: me preocupo y ocupo de lo que puedo realizar, lo que no puedo hacer lo aparto y me permite disfrutar al máximo de lo que hago sin pensar en lo que no puedo hacer.
Miguel Martí i Pol, nuestro Presidente de Honor, decía que una enfermedad, o traumatismo grave, nunca se supera; se asume, y si la has asumido ya la has superado: es la clave para superarla.
No hay una varita mágica, nadie puede salir de una situación difícil si no quiere. Igual que me ayudaron a mí cuando lo necesité, yo ayudo explicando mi experiencia: comprender que lo que mueve a las personas no son las piernas; hay algo más importante que la forma en la que desplazas. | ||||||||||||||||||||
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